Muchas personas hemos crecido en una época en la que utilizar productos desechables nos parece la única opción. En el caso de los tampones y las toallas femeninas, las compañías que los fabrican se han encargado de bombardear con anuncios de que la única alternativa frente a la menstruación es el uso de productos fabricados con plástico, sustancias tóxicas y componentes no degradables, por lo que presentan riesgos a nuestra salud y a la del planeta.
Salud del planeta
- Cada tampón o compresa tarda en desintegrarse entre 500 y 800 años.
- Cada mujer utiliza y desecha entre 10 mil y 16 mil tampones o compresas en su vida, en promedio.
- Multiplícalo por la población femenina mundial y comprenderás el impacto en el medio ambiente, debido a esta mentalidad de usar-desechar.
- También piensa en todo lo que requiere la industria para fabricar estos productos plásticos: la utilización de químicos, energía y otros recursos, además de los desechos que dejan en el medio ambiente.
Salud propia
- Muchos de los materiales de las toallas y tampones causan infecciones e irritaciones a la piel.
- Por ejemplo, los componentes que se utilizan para blanquear el algodón y las fibras, es tóxico y puede ser cancerígeno.
- Los tampones absorben el flujo natural de la vagina, lo que provoca resequedad en sus paredes. También desequilibra su flora natural, lo que predispone a infecciones vaginales y al síndrome de choque tóxico (SST).
Entonces ¿qué alternativas existen?
Copas menstruales. Por años se han fabricado las copas menstruales y ¿cuántas mujeres saben de su existencia? Se trata de recipientes que se insertan en la vagina (de igual forma que un tampón). Una vez llenas (entre 4 y 12 horas de uso) se retiran, se vacían, se enjuagan y se vuelven a colocar.
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Las copas duran entre 5 y 10 años, con lo que se rompe la costumbre de comprar-usar-tirar.
Existen marcas como MoonCup, Divacup, Lunette, Naturcup o LunaCup, fabricadas en Inglaterra, Estados Unidos, España o México y se consiguen por 35 o 40 dólares (un precio mucho más bajo que comprar tampones por 5 ó 10 años).
Toallas de tela. Nuestras madres y abuelas las utilizaban, ¿por qué nosotras no? Existen muchísimas variedades, colores, materiales y marcas.
Esponjas de mar.
Se utilizan de la misma forma que un tampón. Sólo que son enjuagables y reutilizables. Además, su textura alivia los dolores de los cólicos.
Las copas, las toallas de tela, las esponjas marinas y otras alternativas nos permiten reconectarnos con nuestro ciclo natural. No hay que creer al bombardeo de imágenes que pagan las compañías de toallas, tampones y medicamentos, que nos hacen creer que es un momento de molestias, olores y dolores. Tampoco debe avergonzarnos. La menstruación es parte de nosotras y es un proceso que nos permite dar vida.