“Los copos de nieve pueden llamarse cartas enviadas desde el cielo”, escribió Ukichiro Nakaya en 1939.
Todos los copos de nieve comienzan igual: pequeñas partículas que caen del cielo y, durante la caída, se congelan y se tallan en diferentes formas.
Se sabe que no hay dos copos iguales, esto es porque la figura final depende de la temperatura, la fricción durante la caída o la velocidad. Por ejemplo, un copo muy desarrollado, con muchas ramificaciones, pasó por más etapas de fricción, mientras que un copo más básico, más hexagonal, es porque cayó más rápido y no pasó muchas de las fases de la caída.
Este video, de la Sociedad de Química Americana, explica el proceso completo (en inglés, con subtítulos en inglés).