¿Cuántas veces no has escuchado o leído que la meditación es buena para la salud? Sin embargo, una parte de ti continúa resistiendo a sentarse en completo silencio, exiliando a cada pensamiento que atraviesa por tu mente durante mínimo cinco minutos.
El arte de la meditación es una fuente de inspiración que sólo requiere entre quince y veinte minutos al día, sin ningún efecto secundario negativo. Y lo mejor de todo: es gratuito. Lo único que necesitas hacer es concentrarte en tu propia existencia: en lo que eres, en lo que sientes, en tu potencial de sentir.
Independientemente de la religión, creencias epistemológicas o el atareo diario de la agenda, esta actividad provee de una increíble y vasta lista de beneficios tanto para tu cuerpo, emociones y relaciones interpersonales. Quizá basta con que la conozcas para que dejes ir a ese mundo de ansiedad y tormento por los tantos deberes a realizar:
– Fortalece la seguridad en uno mismo.
– Incrementa los niveles de serotonina.
– Reduce las fobias y miedos.
– Ayuda a controlar los pensamientos.
– Refuerza la concentración y el enfoque.
– Incrementa la creatividad.
– Aumenta la coherencia vibracional del cerebro.
– Mejora la habilidad de aprendizaje y memoria.
– Incrementa la estabilidad emocional.
– Enriquece los sentimientos de vitalidad y juventud.
– Reestabiliza las relaciones interpersonales.
– Reduce la oxidación física.
– Desarrolla la intuición.
– Mejora la relación entre el trabajo y el hogar.
– Te permite observar varias perspectivas de una situación en específico.
– Desarrolla la motivación.
– Empodera la madurez emocional.
– Pone en práctica la estabilidad para una personalidad balanceada.
– Fortalece la tolerancia.
– Ofrece estructura a las acciones en una manera constructiva y considerada.
– Reduces los niveles de privación de sueño.
– Disminuye la tendencia a la angustia.
– Ayuda a realizar juicios más precisos.
– Aminora el pensamiento de ansiedad.
– Combate el insomnio.
– Disminuye el consumo de oxígeno.
– Relaja el sistema respiratorio.
– Fortalece el flujo de sangre (y por ende la presión arterial).
– Aumenta la tolerancia al ejercicio.
– Lleva a un nivel profundo de relajación física.
– Reduce la tendencia a los ataques de pánico.
– Fortalece el sistema inmunológico.
– Disminuye los síntomas de enfermedades crónicas como la artritis, alergias, etcétera.
– Potencializa el proceso de recuperación.
– Aminora la tensión muscular.
– Reduce los síntomas del sIndrome premenstrual.
– Disminuye la actividad de viruses y el estrés emocional.
– Mejora la salud cardiovascular.
– Ayuda a perder peso.
– Fortalece la resistencia dérmica.
– Purifica el aire que llega a los pulmones, mejorando la respiración.
– Hay un mayor nivel de dehidroepiandrosterona.
– Cura las migrañas y dolores de cabeza.
– Incentiva a realizar actividades físicas.
– Armoniza el sistema endócrino.
– Reduce la necesidad de los cuidados médicos.
– Mejora el funcionamiento cerebral.
– Relaja al sistema nervioso.
– Cura la infertilidad.
– Ayuda a mantener una perspectiva sana.
– Ofrece paz mental.
– Ayuda a descubrir tu objetivo.
– Incrementa la compasión.
– Desarrollas sabiduría.
– Aumenta la autoimagen.
– Hay un mayor entendimiento de uno mismo y de los demás.
– Armoniza cuerpo, espíritu y mente.
– Ayuda a perdonar.
– Cambia las actitudes hacia la vida.
– Mejora en el aprendizaje de vivir en el presente.
– Crea una increíble y profunda capacidad de amar.
– Incrementa la sincronicidad en vida.
– Permite la experiencia de unicidad.
– Te lleva al camino de la iluminación.
– Aumenta la aceptación de uno mismo.
– Te ayuda a descubrir el poder y la conciencia más allá del ego.
– Profundiza en el nivel espiritual de la relajación.
– Crea una relación profunda con Dios.
– Te ayuda a direccionarte internamente.
– Permite un sentido interno de conocimiento y seguridad.
– Reduce el patrón de prejuicio (y juicio).
– Permite que uno se deje fluir.
– Se fortalece la creencia de la ilimitación.
– Uno es más feliz de una manera simple, natural y conciente.
Fotografía principal: Lucía Puertas